Con una auspiciosa asistencia de más de 300.000 personas culminó el Encuentro Federal de la Palabra, que durante 11 días ofreció en Tecnópolis una intensa programación cultural que tuvo sus platos fuertes en el homenaje a Juan Gelman y Luis Alberto Spinetta, la presentación del escritor Ricardo Piglia y la concurrida charla que ofreció Alejandro Dolina.
Más de 150 horas engalanaron la sección de narrativa y poesía, apuntalada por la llegada de autores desde diferentes puntos del país para meterse con la literatura regional en el café literario y la celebración de los "viajes a la cabeza" de escritores como Juan Sasturain y Claudia Piñeiro, dos de las actividades que capturaron la atención de los visitantes en el corazón del predio ferial.
Con más de 300.000 visitas, la inclusión fue el motor del Encuentro Federal de la Palabra
El punto cumbre fue con Piglia, quien brindó una clase magistral ante un numeroso público que escuchó sobre la tensión entre ficción y memoria o la relación entre lectura y tiempo, mientras que el chileno Antonio Skármeta entrevistado por el brasileño Eric Nepomuceno -él también se subió al escenario del café literario- hizo un recorrido por sus obras más significativas.
También el recuerdo de Gelman estuvo presente en un sentido homenaje en el que se evocaron rasgos de su poesía y a pedido del público se leyeron textos emblemáticos de su obra; Alejandro Dolina trasmitió en vivo ante una concurrida Nave de la Ciencia su programa "La venganza será terrible" y la primera visita del dúo norteamericano The Yes Men a la Argentina llenó las salas de Tecnópolis.
A 50 años de la publicación de "Rayuela", por los pisos de Villa Martelli irumpieron versiones del juego que Julio Cortázar describió con un alto en el Cielo y un abajo en la Tierra, a la vez que una exposición ofreció un recorrido por su vida y obra a 100 años de su nacimiento, con espacios de lectura, contenido audiovisual, fotografías y música al ritmo del jazz.
También hubo muestras exquisitas como la de Héctor Oesterheld y "El Eternauta" con manuscritos, borradores, papeles de trabajo y primeras ediciones, otra de Roberto Arlt y sus "Siete locos" en donde se podía espiar el mundo de esos potentes personajes, un paseo por los sentidos spinetteanos con "Los puentes de la memoria" así como un recorrido por la historia de la televisión y la radio.
Cientos de jóvenes dieron testimonio de las nuevas formas de expresarse: desde arte urbano, en el que cada tarde artistas de las nuevas camadas pintaban al aire libre graffitis, el hip hop y el break dance hacían mover al Pabellón Cultural y los duelos verbales de raperos versus payadores, o B-Boys versus Malamberos sacaban a la luz los múltiples modos de la palabra.
Sasturain subrayó a DF que en el encuentro se "reivindicó el concepto de la palabra como espacio de integración e intercambio, es un lugar común, pero no tan común como debería ser porque no fue un tipo de reflexión teórica, sino que fue un conjunto de prácticas".
"Este tipo de actividades que se pueden definir como una feria me resultan muy estimulantes: una feria es un lugar donde cada uno va a dar y recibir algo, y recoge lo que necesita. En este sentido ésta fue una feria de la palabra", dijo.
Finalmente, Sasturain concluyó: "Las ferias son lo que la gente -y me incluyo- hace con ellas, sin que haya un perfil predeterminado. En este caso, las actividades fueron disparadores y no propuestas a ser consumidas. Fue una forma muy saludable de producir cultura, sobre todo a través de la consigna de la inclusión".
Por su parte, Mempo Gardinelli, quien disertó en las Jornadas "Compartir la Palabra" -que por dos días reunió en Tecnópolis a educadores de todo el país- destacó a esta agencia como "positivo el acceso que el encuentro ofreció a grupos sociales no siempre considerados en acciones culturales cómo éstas".
"Todo lo que democratiza e incluye me parece digno de apoyo -aseveró el chaqueño-, y además lo han hecho bien, con cuidado de no rivalizar con la tradicional Feria del Libro, y eso es digno de elogio. Algún día también quisiera ver una acción similar itinerante, que recorra todas las provincias, una por una".
La cordobesa María Teresa Andruetto consideró "fantástica la posibilidad de un encuentro en el que participan escritores y artistas diversos de todo el país, periodistas, poetas o narradores convocados ya no como artistas del interior sino en pie de igualdad en un espacio que los, nos, reúne".
"Pero ante todo -se despidió- celebro que Tecnópolis, con su enorme puesta en escena de lo que realiza nuestro país en educación, ciencia, arte y tecnología, sea de entrada gratuita e ingreso libre".
El reconocido productor , escritor e historiador José Valle manifesto “el carácter de integración fue muy importante ” y valoró que “durante todo el encuentro se vio una fuerte integración de distintos sectores sociales, sectores barriales y muy humildes hasta los más intelectuales”
El escritor Leonardo Oyola, autor de libros como "Kryptonita" y "Chamamé", ponderó que "aún con el frío de los últimos días, la gente se acercó y disfrutó de propuestas arriesgadas y divertidas como el karaoke literario. Estoy muy contento de haber sido parte de estos espacios de integración, donde se buscaron innnovaciones que salieron de lo tradicional".
Como destacó Loyola, cada día el karaoke literario fue un punto de encuentro en el que el público protagonizó en voz alta textos de Alejandra Pizarnik, Rodolfo Walsh o Julio Cortázar, mientras en frente los alumnos de los colegios pateaban al arco en el stand de fútbol y literatura, que ofrecía juegos vinculados a ese deporte basados en entrañables libros de la narrativa nacional.
Los más chicos fueron los verdaderos protagonistas del Encuentro: cada stand ofrecía actividades lúdicas para ellos, aunque la nota la dio el espacio de Zamba que a toda hora recibía a una multitud de niños que armaban palabras, conjugaban verbos y jugaban con sopas de letras gigantes, mientras otros tantos hacían fila para ser parte del espectáculo "El asombroso musical de Zamba con San Martín".
La lluvia no fue impedimento para que la gente se acercara al parque del Bicentenario durante el emotivo homenaje a Spinetta encabezado por músicos de diferentes orígenes quienes enfatizaron, bastoneados por Lito Vitale, el costado más literario y poético de la obra del ex líder de Almendra y Pescado Rabioso.
También se destacó el Primer Festival de Stand Up que convocó a las figuras más reconocidas del género como Malena Pichot, Dalia Gutmann y Sebastián Wainraich; la colmada charla de Hernán Casciari; el debate encabezado por los periodistas Cristian Alarcón, Leila Guerriero y Patricia Nieto o el show multitudinario de Lito Nebbia.
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