El secretario de Ganadería del Chaco dice que el desplazamiento de la frontera agrícola le está dando a la provincia una chance histórica. Lanzaron el primer fideicomiso ganadero con el que buscan aumentar las 2,7 millones de cabezas de ganado bovino.El primer sol de Resistencia alumbra las hojas más altas de los árboles, desfoliados por el otoño, de la plaza 25 de Mayo, en el centro de la capital chaqueña. En el séptimo piso del edificio de la Casa de Gobierno, Marcelo Repetto se sorprende con las visitas, pero en seguida les tiende un mate y así, entre verde y verde, desgrana el mapa productivo del ganado chaqueño. “El stock ganadero del Chaco, según los datos del Senasa de marzo de 2012, está en 2.700.000 cabezas. A pesar de que hubo una seca histórica, como no ocurría hace 97 años, vemos que hay un aumento de las cabezas de ganado bovino en la presente campaña con respecto a la anterior. Hay 100 mil vientres más dando vueltas, de gente que retuvo vaquillonas para incorporarlas a los rodeos. Pero tenemos que aumentar los índices productivos. El porcentaje de marcación es del 55 por ciento. Aunque hay establecimientos de punta que están muy por encima del promedio. Si llegamos a cambiar eso un 5 o un 10 por ciento estamos hablando de 300 mil terneros más. Para eso necesitamos comida, a partir del sistema silvopastoril, claro que en lugares que tenemos identificados que se puede hacer ese planteo.”
-¿En Chaco se hace el ciclo completo del ganado?
-El Chaco es una provincia que produce, esencialmente, terneros. Los terneros se van afuera para la invernada y luego la carne entra para ser comercializada acá. Pero en el Chaco podemos producir más novillos a partir de la comida que hay en el Oeste, donde hay buenas pasturas naturales y se pueden implantar otras de alta calidad (nota: la cabaña Las Mercedes, a 50 kilómetros de Resistencia, hace el ciclo completo trasladando el ganado al Oeste para su terminación). El tema es la comercialización, porque si vos hacés un novillo apto para Cuota Hilton y lo vendés más allá de Reconquista, no dan los números porque el precio del flete es determinante. Por eso queremos reactivar el frigorífico Toba, en Puerto Tirol, que era de la empresa Friar (fundado a fines de los años 50 en Reconquista, Santa Fe) y ahora el estado provincial lo tomó a su cargo. Tiene 210 empleados.
Tiempo ganado. “En el programa ganadero incorporamos, además de Braford y Brangus, el Brahmam puro. Compramos el último campeón de esa raza, de estancia La Pelada, para evitar que los rodeos chaqueños se britanicen y pierdan la rusticidad que el clima necesita. No hay que olvidarse que producir un novillo lleva tres años, en los que tiene que soportar veranos con altísimas temperaturas e inviernos muy fuertes”, avisa Marcelo. Pero esa no es la única novedad productiva. Sumaron dos razas de ovejas, Dorper y Santa Inés -las primeras de su especie en ingresar al país-, para explotar sus cualidades carniceras. “La incorporación de estas razas ovinas carniceras tiene que ver con el valor de la lana, porque aquí no podemos generar lana de calidad, como ocurre en el sur de Corrientes, donde crían ovejas por el valor que se le da a la lana. Hacia el oeste del Chaco, donde se concentra la producción ovina de la provincia, se dan temperaturas que no permiten un desarrollo lanar, pero con las razas Dorper y Santa Inés hacemos carne con dos especies adaptadas al clima subtropical que tenemos acá, donde en verano suele hacer 45 grados a la sombra.” El plan, a un año de puesto en marcha, ya funciona: las ovejas pueden sumarse a un rodeo bovino, por eso Repetto observa una creciente diversificación de la producción. “Donde come la vaca, queda pastura para combinarlo con un rodeo ovino. Por eso los criadores los incorporan, aunque no es una producción tradicional de nuestra provincia. En el establecimiento Juan Penco, de Makallé, probamos qué es lo que se ambienta: experimentamos cruzamientos de razas para determinadas zonas y generamos animales para entregarle al productor sin cobrarle en dinero. Le pedimos que entregue un porcentaje mínimo de la cría para vender al frigorífico de Pampa del Infierno, de cooperativa Trento-chaqueña, que maneja nuestra provincia en conjunto con esa región italiana.” En ese frigorífico faenan las ovejas y cabras que la provincia exporta a varios países. El Chaco tiene 500 mil cabezas de caprinos, básicamente concentrado en El Impenetrable: Puerto Esperanza, Pompeya, Miraflores, Taco Pozo, donde hay asentamientos indígenas y criollos. “Buscamos que los productores sean más eficientes en la producción. El frigorífico de Pampa del Indio faena el cabrito mamón como producto premium. Pero también ovejas: tenemos convenios con hospitales, cárceles, escuelas para traer esa carne. Porque el problema de las producciones es la comercialización. Y la falta de ventas tiene un componente social: no queremos que la gente deje de producir en el campo para venirse a la ciudad.”
Polo ganadero. Repetto ceba un mate con hierbas. El vapor se dibuja un instante en el aire de su oficina, sin cuadros ni fotos, sin banderas: el típico escritorio desordenado por el trajín. Termina su turno y ceba el próximo. Lo pasa y habla. “La región en general y la provincia en particular pueden ser un polo ganadero importante. No tengo ninguna duda de eso. El desplazamiento de la barrera de producción de granos hace que la ganadería se venga a esta región. Acá, a diferencia de Formosa, del norte de Corrientes y de Salta, el componente agrícola es bastante fuerte. El Chaco tiene 1,5 millones de hectáreas sembradas, mientras Formosa tiene 300 mil. De lo que nosotros llamamos el dorsal agrícola, de Sáenz Peña hacia el Este, la ganadería es fuerte. Pero tenemos que trabajar en la infraestructura: no nos podemos quedar sin agua. Desde el Estados estamos haciendo -y tenemos que seguir haciendo- caminos. Pero en las buenas épocas, el productor tiene que invertir en una motobomba, en una aguada, en un molino. Porque después, en la seca, vienen los lamentos. En eso, el estado tiene que manejar el recurso, drenar y guiar. Tenemos el Paraná, el Bermejo y el Pilcomayo. No nos podemos quedar sin agua.”
-Lanzaron hace poco tiempo un fideicomiso ganadero, primera experiencia de su tipo en el país. ¿Cómo funcionará?
-El plan ganadero del Chaco era manejado a través de un fideicomiso conjunto entre Fiduciaria del Norte S.A. Y la provincia. La figura del fideicomiso es una manera rápida que tenemos para asistir a los productores. Este fideicomiso tiene oferta pública, esto quiere decir que capta inversores, que les asegura un 23 por ciento anual y tiene un monto bajo para entrar, un valor que equivale al precio de un toro, unos 20 mil pesos. Además, el estado provincial es garante, con 30 millones de pesos puestos a plazo fijo. Lo calificamos con una de las mejores calificadoras del mundo y va a operar en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Pensamos a largo plazo hacer crecer nuestro stock ganadero. Pero sabemos que la mejora de los índices productivos es la clave. Si en una hectárea entra una vaca y querés que entren dos, algo tenés que hacer en esa hectárea. Nosotros apuntamos a que cada vaca dé un ternero por año. Si eso no pasa, la vaca te comió el campo un año y no produjo nada. Para eso, lógicamente, tiene que haber una sinergia público-privada. El objetivo es terminar el novillo en nuestra tierra y frenar la salida de hembras, porque retener vientres es la clave: por eso hacemos programas para demostrar que, con pequeña tecnología y un manejo sanitario adecuado, se pude tener una vaquilla a los 24 meses con la madurez justa para inseminarla y poder incorporarla al rodeo.
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