Tal como ha sucedido no pocas veces en los últimos años, la campaña de cebolla 2019/2020 parece una caja de Pandora que, por el momento, nadie está dispuesto a abrir. Como si no fuera una producción de complejidades endógenas y exógenas, la (inesperada) crisis sanitaria sumó exigencias.
Con anterioridad al fenómeno, lo que se preveía como una temporada con los vaivenes normales y habituales, termina en una atípica y ralentizada campaña como consecuencia de los protocolos por el Covid-19.
"Ahora queda muy poca cebolla en el sur de Brasil, ya que hubo retrasos en el centro y el nordeste. El precio es muy bueno, pero se estima que la situación no va a durar más de un mes, ya que entonces comenzarán a ingresar de otras regiones", sostuvo Daniel Iurman, Coordinador Territorial del INTA Ascasubi.
Una cuestión estacional de retraso en la aparición de mayor volumen cebollero en Brasil, quien es el principal comprador y en más de una ocasión el artífice de nuestro destino, pone al producto del Valle Bonaerense del Río Colorado en una posición favorable.
"No hay restricciones en cuanto a la salida de la cebolla, sino que se ha perdido fluidez para cumplir con los protocolos", dijo Iurman.
"Tenemos una oferta considerable, pero con los movimientos extra para cumplir con los protocolos por el coronavirus, tanto en el campo y como en los galpones. Eso no permite que fluya con normalidad", agregó.
"¿El precio? El que hoy recibe el productor es relativamente bueno. Si no estuviera esta complicación, podría haber sido mejor", añadió Iurman, en diálogo con La Nueva.
El productor del VBRC está recibiendo, por estos días, unos 200 a 250 pesos por la bolsa de exportación de 20 kilos. Hace unas semanas, el valor de ese mismo bien era de entre 120 y 150 pesos. Alejado de la góndola, el precio de venta para exportación desde el campo subió de 7 a 10 pesos por kilo. Los precios se mueven mucho y, para el mercado interno, el valor es menor: hoy ronda los $ 8 el kilo.
También esta semana, esa bolsa de 20 kilos se pagó en frontera (con Brasil) entre 55 y 60 reales, alrededor de 750 pesos al cambio oficial.
"En todo este contexto de confinamiento de las personas los precios han tendido a la suba, porque hay un mayor consumo y stockeo de alimentos. Ya se observaba una gran firmeza en Europa en este sentido", afirmó.
La campaña 2019/2020 en el VBRC es de unas 9.500 hectáreas sembradas --lejos de las (excesivas) 20.000 de otrora--, de las cuales 7.500 Has. son tardías y el resto tempranas. A diferencia de las últimas temporadas, la calidad del producto es buena y con puntuales casos de bacteriosis; sólo en algunos lotes que recibieron piedra y altas precipitaciones instantáneas.
La importación relevante de Brasil empezó en este marzo con casi 14.000 toneladas, de las cuales 10,6 Tns. son de Argentina; 3,1 Tns. de Chile y el resto de Europa, en pequeñas cargas.
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